Octavia Butler era una
chica negra, pobre, inusualmente alta, tímida, tartamuda, disléxica y lesbiana.
Desde muy joven tuvo una idea bastante clara de lo que era la discriminación en
sus muchas formas y utilizó la ciencia ficción para explorar temas sociales
antiguos y modernos. A menudo representó conceptos como raza, sexualidad, género,
religión, progreso social y clase social con metáforas, sin embargo a veces
están directamente presentes en sus relatos, como la lucha de clases en la
serie de Parable of the Sower
(La parábola del sembrador, 1993), sobre el origen de la religión ficticia
"Earthseed", o lo que significa ser parte de una continuidad en Fledgling (Pichón, 2005), una historia
de vampiros con contexto de ciencia ficción, sobre la diversidad como
imperativo biológico. En 1995 se convirtió en la primera escritora de ciencia
ficción en recibir el título "Genius" de la Fundación MacArthur.
Butler nació en
Pasadena, California, en 1947. Hija única, creció en un barrio
multirracial y en un hogar estrictamente baptista, criada por su
madre y su abuela (su padre murió cuando ella era muy chica y su madre trabajó
como empleada doméstica para mantener a la familia).
La lectura fue la principal compañía
de su niñez y en seguida se interesó por revistas como Amazing (je), Fantasy and
Science Fiction y Galaxy, leyendo
todos los clásicos de la ciencia ficción.
A los doce años estaba viendo en
televisión "La Diabólica chica de Marte", una película muy mala, y
decidió que ella podía escribir una historia mejor. Apagó la tele y se puso a
escribir. Así escribió su primer cuento de ciencia ficción, y nunca dejó el
género.
Después de terminar la
secundaria, empezó a estudiar escritura en la Universidad de Los Angeles, donde
participó de dos grupos que sería de gran importancia para su carrera: El Open
Door Workshop del Screenwriters' Guild of America, un programa de ayuda
para escritores latinos y africanos de Estados Unidos a través del cual conoció
al escritor, editor y antólogo Harlan Ellison; y el Clarion Science
Fiction Writers Workshop, el prestigiosísimo taller de escritura al que fue
presentada por Ellison, donde conoció al escritor Samuel R. Delany.
Su primer cuento publicado, “Crossover”, apareció
en una antología de 1971 y otro relato corto, “Childfinder”, fue comprado
por Harlan Ellison para la antología The Last Dangerous Visions, que nunca llegó a publicarse, pero pasarían
otros cinco años de rechazos editoriales y diferentes trabajos antes de que consiguiera vender otra obra,
y fue su primer novela: Patternmaster, la primera de la serie Patternist. En los ocho años siguientes publicaría las otras cuatro
novelas de la serie, que explora la dinámica del poder y la esclavitud narrando
cómo dos personajes potencialmente inmortales construyen sus familias.
En 1979 publicó la novela Kindred (Pariente), que utiliza los
viajes en el tiempo para hablar de la esclavitud en los Estados Unidos. No es
una obra estrictamente de CF (no hay explicación alguna del viaje) pero se
convirtió en su obra más popular.
Y en 1987 publica Dawn (Amancer), la primera de la Trilogía
de Xenogenesis o Lilith's Brood (algo así como “Cría de Lilith”). Le
seguirían Adulthood Rites (Rituales
de madurez, 1988) e Imago (Imago,
1989). En castellano las publicó Ultramar, en su hermosa colección Ciencia
Ficción, y conforman una historia extraordinaria.
La saga comienza con Lilith,
que junto con unos pocos humanos sobrevivientes, son salvados por una raza
extraterrestre, los Oankali, después de que una guerra nuclear destruyera la
Tierra casi por completo. Los Oankali tienen un tercer género, los ooli, que poseen
poderes de atracción sexual y estimulación neuronal, y la habilidad de
manipular los genes. Utilizan sus habilidades para permitir la unión de los
otros dos sexos de su especie, así como unir a otras especies con las que se
encuentran. Los Oankali son mercaderes biológicos, que se sienten impulsados a
compartir genes con otras especies inteligentes (le llaman “comerciar”). De no
ser por su intervención, la humanidad se hubiera extinguido, pero esta
salvación tiene un precio muy alto y, tal como en una película de gangters que
volví a ver hace poco, no se trata de una oferta que los humanos tengan
posibilidad de rechazar. Juntos, Oankali y humanos son forzados a entenderse
para poder recrear una biología mixta que les permita sobrevivir, unos al
holocausto y otros a su eterno viaje en busca de nuevas biologías.
Lilith, y su cría, deben
enfrentarse a esta situación de primer contacto que no termina, que es el
inicio de un vasto y brutal proceso de adaptación y aprendizaje, un proceso
quizás interminable.
La saga analiza
admirablemente temas como el deseo, la voluntad y la libertad, la necesidad de
autodeterminación y el manejo del poder. También el odio irracional y el
rechazo visceral, instintivo, hacia lo diferente (habla de racismo, pero
también de discriminación por género e identidad sexual).
Los tres libros son distintos
entre sí, tienen un ritmo y un tono diferente, el que les impone su narrador,
pero cada personaje está maravillosamente armado y los tremendos desafíos con
los que se encuentran, los dilemas personales, éticos y morales a los que se
ven enfrentados, están narrados de un modo inquietante que cala hondo en el
lector.
Butler también abordó algunas de estas
cuestiones en su cuento “Bloodchild” (Hijo de sangre), ganador de los premios
Hugo, Nébula, Locus y Science Fiction
Chronicle e incluido en la antología Bloodchild
and Other Stories de1996. Trata sobre humanos que viven en una reserva de
un planeta alienígena gobernado por criaturas insectoides. Los alienígenas se
reproducen implantando huevos en los humanos, con quienes comparten una
existencia simbiótica.
Se los recomiendo enfáticamente.
Varias veces he leído
eso de que la CF es ante todo una literatura de ideas, y eso se ve con claridad
en esta saga, que además hace lo que suelen hacer las grandes obras, del género
que sean: nos ponen incómodos, nos obligan a reconsiderar nuestros supuestos, y
nos dejan con más preguntas que respuestas...
Y en definitiva creo que eso es
lo que caracteriza el trabajo de Octavia Butler: generarnos preguntas como qué
es esto de estar cómodos, qué es esto de ser aceptados, de “pertenecer”, qué
tan lejos se está dispuesto a llegar en pos de la sobrevivencia y de la
continuidad de un linaje, qué lugar tiene el individuo en el tejido de la
comunidad, cuánto espacio tiene esa individualidad, esa “unicidad” para
manifestarse...
No es poca cosa, ¿verdad?
http://amazingstoriesmag.com/2013/10/octavia-butler-o-el-peso-de-la-diferencia/